En Gelsenkirchen hace frío. Menos de siete grados acompañan
la noche de esta ciudad alemana de mineros y fanáticos del Schalke 04. Jefferson
Farfán ha tomado una siesta después de su segunda sesión de entrenamiento
del día. El descanso ha caído bien en el jugador más importante de la selección
peruana. Está despierto y atento. Con la energía suficiente para descargar las
palabras que hace mucho algunos hinchas querían escuchar.
¿Te seduce la idea de mudarte de Alemania para la próxima
temporada?
Tengo contrato hasta el 2018 en el Schalke, siempre jugando
como titular, jugando Champions, jugando por cosas importantes. He tenido
muchas veces la posibilidad de salir a otro equipo, pero yo estoy feliz en
Gelsenkirchen.
¿Viste el clásico ante la ‘U’?
Vi por Internet el resumen del partido. Supe que ganaron con
gol del ‘Zorrito’ Aguirre, un viejo amigo que ha vuelto a jugar en el área,
donde debe estar porque él es rápido y no como extremo, donde lo ubicaron el
año pasado. Ojalá siga la tendencia de Alianza de ganar partidos para que
consiga el título.
¿De todas maneras regresarás a Alianza Lima?
Por supuesto, eso ya lo hemos hablado no solo con Paolo
Guerrero, sino también con Rinaldo [Cruzado] y con Guizasola. Mi gran sueño es
poder retirarme en Alianza, campeonar en el Perú y jugar la Copa Libertadores.
¿Tu llanto después del partido ante Uruguay fue porque
pensabas que no íbamos a tener una oportunidad similar?
Yo tenía muchas ganas de jugar ese partido y demostrar que
podía dar mucho por la selección. Siempre traté de dar al 100%, sobre todo,
porque años atrás todos saben que he sido cuestionado por temas
extrafutbolísticos y tenía una revancha pendiente. Teníamos ese partido en casa
y después con Venezuela. Me dio mucha bronca porque quería darle la alegría a
toda la afición, pero las cosas no salieron como queríamos. Me sentía muy mal,
no sabía qué hacer. Me dolió mucho y por eso lloré en el campo.
¿Quién fue el primero que te habló después de ese encuentro?
El que me habla primero es el ‘Loco’ Vargas. Él trató de
alentarme y después me hablaron todos los compañeros, pero yo estaba sordo y
ciego; no quería escuchar a nadie. Tenía mucha rabia y mucha cólera. Fue muy
triste todo eso.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión importa tanto como la nuestra.